La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, (ANPEC) señala que la inflación ha llegado prácticamente al doble de la meta objetivo estipulada por las autoridades. A finales del año pasado, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México echaron las campanas al vuelo de manera anticipada al celebrar que la inflación por fin estaba cediendo, que no tardaría mucho en reducirse al 3 por ciento.

En los primeros meses del año se registró una marginal baja inflacionaria, en enero con 4.90 por ciento, se redujo en febrero a 4.45 por ciento y en marzo a 4.42 por ciento, fue en abril en donde se registró un rebote a 4.65 por ciento, el cual se explicó como un fenómeno aislado y temporal; sin embargo, en mayo volvió a subir ahora a 4.69 por ciento, en junio siguió al alza a 4.98 por ciento y en julio se disparó a 5.61 por ciento, por lo que se ha demostrado que dicho rebote inflacionario se convirtió en tendencia.

“La inflación ha incrementado los precios en frutas, legumbres, verduras, servicios, energía eléctrica, hidrocarburos, entre otros muchos segmentos más. No se debe perder de vista que para contenerla, el Banco de México se ve obligado a pagar una elevada tasa de interés por el costo del dinero al 11 por ciento. De no ser así, seguro se daría un descontrol de precios de mayores proporciones, que golpearía a los sectores más vulnerables de la población, aquellos que destinan la mayor parte de sus ingresos para la adquisición de alimentos y que ven minado su poder de compra”, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.

El segundo semestre del año es el de mayor consumo y es profundamente inflacionario. Arranca con las graduaciones y las vacaciones, para continuar con el regreso a clases, el Grito de Independencia, la Noche de Brujas, el Día de los Muertos, el Buen Fin y terminar con el maratón Guadalupe-Reyes-Candelaria. El pronóstico que se antoja más viable es que la inflación continuará al alza en lo que resta del año, convirtiendo al 2024 en un año muy complejo en desarrollo economico.

Este entorno acota las ganancias del pequeño comercio en México al reducir su margen de utilidad, ya que el ticket promedio se adelgaza, los consumidores reducen sus compras y la calidad de los productos que adquieren, lo que se traduce en menores ventas para los comerciantes. En estas circunstancias perdemos todos, el consumidor, el comerciante, el productor y la sociedad en su conjunto pierde calidad de vida y capacidad productiva.

A pesar de ello, esta adversidad no desalienta el espíritu resiliente de los pequeños comerciantes en México, siendo además el sistema de abasto más extenso y de mayor penetración con que cuenta el país, con un millón doscientos mil puntos de venta, que generan dos millones de autoempleos, modus vivendi de cinco millones de personas, diáspora que atiende y da respuesta a más del 52 por ciento de la demanda nacional.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *