En México y América Central miles de personas buscan a un ser querido desaparecido y muchas han fallecido sin haberlo encontrado, llevándose con ellas la angustia por su ausencia y el sueño de volver a verlo.
Independientemente del tiempo transcurrido o de las circunstancias de las desapariciones, los Estados tienen la obligación de realizar una búsqueda efectiva y coordinada para dar respuestas a sus familias y aliviar su sufrimiento, recordó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) al inaugurar en México la exhibición itinerante “Tejer memoria: el legado de quienes nunca dejaron de buscar”.
“Ninguna persona debería partir sin saber qué ocurrió con su ser querido desaparecido. La exhibición rinde homenaje a aquellas personas que partieron con el dolor de la incertidumbre”, dijo Olivier Dubois, jefe de la delegación regional del CICR para México y América Central.
“Esta muestra nos invita a reflexionar sobre el anhelo de encontrar, resaltando la importancia de la colectividad desde la perspectiva del reconocimiento, el cariño, la solidaridad y el arropamiento. El legado de estas vidas se traduce en la decisión de muchas familias de no detener lo que sus madres, padres o amistades comenzaron, ya que su búsqueda, activismo y dolor les siguen acompañado. La perseverancia se ha convertido en parte de su identidad, transmitida de generación en generación”, expresó Dubois
Para el CICR cada persona que ha fallecido sin acceder a su derecho a saber representa un llamado urgente a redoblar esfuerzos para buscar y localizar a las personas desaparecidas, y un recordatorio de que las autoridades son responsables de esta búsqueda que no debe parar.
La exposición busca visibilizar esta dolorosa realidad que enfrentan las familias de personas desaparecidas, así como honrar el legado de quienes dedicaron sus esfuerzos en vida a la búsqueda que hoy da fuerza a sus familias y compañeras, quienes permanecen incansables en la búsqueda.
Frecuentemente, los colectivos de familiares reportan la muerte de integrantes durante la búsqueda, ya sea por edad avanzada, enfermedades no atendidas o violencia. Jannet Carmona, coordinadora en México del programa de personas desaparecidas del CICR, señaló que el impacto en la salud física y psicosocial de las familias es profundo y debe ser atendido de forma integral. “Además de su derecho a participar en las acciones de búsqueda, las familias también tienen derecho al acceso a
medidas de ayuda inmediata, asistencia y atención, incluyendo a servicios médicos y psicológicos, así como a seguridad cuando sea necesario”, dijo.
“Las autoridades deben encabezar las búsquedas de manera inmediata y de forma permanente para aumentar la probabilidad de encontrar a las personas y aliviar el sufrimiento de las familias. Desde la desaparición y a lo largo del proceso, las acciones de búsqueda solo podrán suspenderse cuando se sepa dónde está y qué sucedió con la persona desaparecida. Los Estados deben asegurar los procedimientos y facilitar las condiciones para continuar la búsqueda en los casos en el que el familiar que buscaba haya fallecido”, expresó Carmona.
Memoria y legado
“Tejer memoria: el legado de quienes nunca dejaron de buscar” nace de la preocupación de las familias que han perdido a compañeras o compañeros en el proceso de búsqueda. El proyecto pretende mantener viva la historia de sus seres queridos y las enseñanzas de quienes nunca dejaron de buscar.
La muestra rinde homenaje a la vida de Lupita Rodríguez, María Demetria Martínez, Paula Martin Yo’ol, Consuelo Dorantes, Gustavo Banegas, Marcelina del Carmen y Teodolinda Morán y a todas las personas que han fallecido en México y América Central sin conocer dónde están y qué les pasó a sus seres queridos.
Sus historias fueron reconstruidas gracias a los testimonios de sus familias y compañeras de colectivos. Los retratos, seleccionados por allegados que continúan la búsqueda, fueron impresos en mantas y bordados colectivamente por madres, hijos, hijas y acompañantes. Estos bordados incluyen elementos simbólicos para cada familia; cada puntada representa un acto de unión, esperanza, construcción de memoria y es una forma en que las familias se arropan.
La exposición se presentó por primera vez en Honduras durante el mes de julio y estará abierta en la Casa Rafael Galván de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Ciudad de México del 9 de agosto al 10 de septiembre de 2024, acompañada de un programa público con talleres, charlas y sesiones de bordado en las que participarán familiares de personas desaparecidas, expertos del CICR y especialistas, en un esfuerzo por ofrecer diversos acercamientos al tema.
Esta iniciativa forma parte de la acción humanitaria del CICR para acompañar a las familias de personas desaparecidas, visibilizar sus necesidades y fortalecer las capacidades de los Estados para dar respuesta a quienes buscan a un ser querido. Ha sido posible gracias a las familias que generosamente compartieron sus historias y que han estado estrechamente involucradas en las distintas etapas del desarrollo de este proyecto, y fue realizada con la colaboración de Aura –una consultoría mexicana especializada en arte, cultura y economía creativa.