En la actualidad, una de las principales especies polinizadoras de México y el mundo, las abejas padecen de graves peligros por el cambio Climático que provoca que sus panales se derritan por el calor extremo hasta el uso de insecticidas, su supervivencia en México está en riesgo.
En México hay alrededor de 2 millones 200 mil colmenas, la cifra más alta desde finales de la década de los noventa, según datos de la ONU. Son fundamentales para el equilibrio del medio ambiente pues al recolectar néctar de las flores también llevan polen, que permite la reproducción de las plantas para tener frutos y nuevas semillas. Más del 80 por ciento de los cultivos en el mundo dependen de ese proceso natural.
“Sin abejas, la producción de muchos cultivos se reduciría drásticamente, lo que llevaría a escasez de alimentos, una dieta desequilibrada y aumentos en los precios. Muchas plantas se extinguirían, se reduciría la diversidad y se comprometería el equilibrio ecológico del planeta”, explica Arlette Gómez, experto del Panel de Personas Expertas en Análisis Sensorial de Miel de Italia.
Como una señal de alerta, el impacto del cambio climático ya repercute en el cuidado de las abejas y la producción de mieles. Las temperaturas extremas y las modificaciones en las temporadas de lluvias están transformando tanto los ecosistemas, como las floraciones, la salud de las abejas y finalmente el proceso de polinización.
En Calakmul, Campeche, el apicultor Héctor Morales ha notado cambios en la producción tras 25 años de experiencia en una práctica heredada por su abuelo. Pasó de cosechar 600 kilos de miel en promedio con 15 colmenas, a un máximo de 200 kilos con la misma cantidad de abejas. “Las floraciones han cambiado definitivamente, así como la estación de lluvias; antes comenzaban el 3 o 4 de mayo, ahora se han desplazado dos meses.”
Como una medida para enfrentar el cambio climático, productores del sureste exploran el diseño de colmenas con fibras naturales como mimbre o coco pues el calor extremo en la región ha derretido los panales.
El fenómeno también se ha presentado del otro lado del país, en la Comarca Lagunera. Pedro Pablo Sifuentes, apicultor con 15 años de experiencia, cuenta que ahora es casi imposible dejar una colmena sin sombra debido a las temperaturas de hasta 45 grados que las funden por dentro.
Otra amenaza que enfrentan las abejas es la industrialización de la agricultura con prácticas para acelerar la producción, impidiendo que crezcan hierbas con flores en los monocultivos.
“Los agricultores solían dejar descansar los cultivos y ahí era cuando salían las hierbas que tienen flores. Con la intensificación de la agricultura y cambio de cultivos, no dejan que salgan las hierbas silvestres que son una de las principales fuentes de producción de néctar y de donde salen las mieles”, explica Margarita Huerta, apicultora de Puebla.
El uso indiscriminado de agresivos agroquímicos como herbicidas e insecticidas también daña la salud de las abejas. Este año, investigadores del Colegio de la Frontera Sur han documentado intoxicaciones masivas de colmenas por el uso de insecticidas en Campeche, que están prohibidos en otros países por su toxicidad. Estiman que durante los últimos diez años han muerto más de 300 mil colonias por la misma causa.
A su vez, el académico de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, de la UNAM, Tonatiuh Alejandro Cruz Sánchez, recalca que México forma parte del “top ten” de países exportadores de miel al ocupar el séptimo u octavo lugar; entre sus principales compradores se encuentra Alemania, donde de cada 10 kilos que se comercializan siete u ocho son de origen mexicano; su consumo per cápita es de dos kilos por año. En contraste, en nuestra nación “la estadística no es muy grata porque se toma el equivalente a pocas cucharadas soperas anuales en promedio”, alrededor de 200 gramos.
En el ámbito económico se calcula que existen en el mundo de 80 millones a 90 millones de colmenas, las cuales producían (2021-2022) en números redondos, dos millones de toneladas de miel; México produce aproximadamente 60 mil toneladas. De ellas, se exportan más de la mitad, las cuales generan 128 millones de dólares.
¿Qué podemos hacer para proteger a las abejas?
Cualquier persona puede sumarse a la enorme tarea de proteger a las abejas con acciones muy sencillas:
Evita el uso de pesticidas y herbicidas: Muchos de estos agrotóxicos no solamente dañan a las abejas y los ecosistemas, también nuestra salud. Opta por frutas y verduras agroecológicas, libres de pesticidas. En tus plantas, utiliza métodos naturales de control de plagas como plantas repelentes o aceites esenciales.
Cultiva flores: Las abejas necesitan una fuente constante de alimento durante todo el año, por lo que es importante tener plantas que florezcan ricas en néctar y polen en diferentes épocas del año.
Instala un bebedero para abejas: Es tan simple como poner una bandeja poco profunda con agua y piedras, para que las abejas puedan posarse en ellas sin ahogarse.
Consume miel local: Así ayudarás a las y los apicultores locales que también son guardianes de las abejas y sus hábitats. Además, la miel local es más fresca y suele tener un sabor auténtico.
Pasa la voz: Platica con tus amistades y familiares sobre la importancia de cuidar a las abejas. ¡Será también una gran oportunidad para degustar una deliciosa miel!