El financiamiento es un motor importante para el desarrollo de la economía, ya que permite que las personas y empresas puedan acceder a los recursos necesarios para llevar a cabo sus actividades, expandir sus negocios o alcanzar sus metas, como lograr ser propietarios de un inmueble o tener acceso a un auto.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021, elaborada cada tres años desde 2012 por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y el Inegi, 27.3 millones de personas de 18 a 70 años, tiene en México algún tipo de crédito formal, del cual destaca el crédito a través tiendas departamentales o de tiendas de autoservicio y la tarjeta de crédito bancaria.
“Actualmente, entre 80% y 90% de los clientes que se acercan con BitCar tienen por lo menos algo en Buró de Crédito y están registrados. Hace veinte años, este dato era inferior, ya que la proporción aproximada era 60% con presencia en Buró frente a un 40% sin él”, comenta Edward Núñez, Director de Riesgo en BitCar, primera plataforma mexicana de originación digital que ofrece los tres productos financieros de mayor alcance en el mercado para particulares y profesionales: arrendamiento puro, financiero y crédito automotriz.
Fenómenos como la pandemia, el desarrollo de la tecnología, el incremento de la bancarización con instituciones más dinámicas como Stori Bank, Nu Bank o Klar, los cuales buscan bancarizar a esos sectores poblacionales que estaban excluidos del sistema financiero con tarjetas con líneas pequeñas de crédito como mil, dos mil o cinco mil pesos; son factores que han impulsado este crecimiento.
“De hecho, hoy en día es muy fácil figurar en Buró de Crédito. Desde pagar una línea telefónica, el recibo de luz de CFE, hasta poseer una tarjeta de crédito o haber contraído alguna deuda ya sea para un crédito automotriz o un préstamo hipotecario, todo se refleja en el historial financiero”, detalla Edward, quien agrega que si somos cuidadosos con nuestros pagos y con los compromisos que adquirimos con instituciones financieras, el hecho de figurar en Buró es positivo ya que nos permite optar a mejores condiciones de financiamiento.
Fue a finales de la década de los 90 cuando se crea el Buró de Crédito – regulado por la “Ley para regular las Sociedades de Información Crediticia- con el objetivo de integrar y proporcionar información a entidades financieras, tanto bancarias como no bancarias, –previo a la concesión de un crédito–. Para ello, la entidad integra el historial crediticio de personas y empresas que hayan solicitado algún tipo de crédito, financiamiento, préstamo o servicio.
El Buró de Crédito nace por una necesidad de los bancos de tener un lugar en donde se reporta de manera conjunta el comportamiento de los clientes para que, entre todas las entidades financieras puedan considerar la confiabilidad de que esa persona tendrá un buen o mal comportamiento ante un producto financiero. Aunque el Buró de Crédito no es la única sociedad de información crediticia autorizada, sí es la más grande.
“Muchos ciudadanos piensan en el “Buró” como algo malo, pero en realidad puede ser una gran herramienta para optar a beneficios crediticios y financieros si cuidamos nuestra salud financiera e historial”, destaca Roberto Esparza, director de BitCar,
¿Cómo se califica?
La calificación BC o “BC score” como se conoce en el ámbito financiero, se refiere a la puntuación que resume el comportamiento crediticio de un cliente en buró. Esta puntuación tiene asociada una probabilidad de que el cliente pueda caer en impago de 90 días o más en los siguientes 12 meses con un saldo vencido no mayor a 500 pesos. La puntuación mínima es de 456 puntos y la máxima de 760 puntos. A menor BC Score, mayor es la probabilidad de impago del Cliente y a mayor BC Score, menor es la probabilidad de incumplimiento del Cliente. Esta puntuación fue creada por medio de un modelo probabilístico con todos los datos, tanto negativos como positivos, del comportamiento de uso y pago de los créditos o compromisos de servicios de los clientes de todas las instituciones de México que reportan a Buró de Crédito.
“Antes el puntaje de 600 o más de 650 puntos, quería decir que eras muy buen cliente. Muchos modelos de riesgo en el pasado tenían como referente esta variable; pero hoy en día las instituciones no solo toman en cuenta esta variable, sino que también se considera el historial crediticio general y el comportamiento a lo largo del tiempo, es decir, la trayectoria del cliente en los últimos cinco años”, puntualiza Edward.
El experto en riesgo indica que actualmente es mucho más fácil que antes figurar en esta lista. “De hecho, hay jóvenes que desde los 23 o 24 años que consiguen su primera tarjeta, ya pasan a formar parte de esta radiografía”, comenta y agrega que hace décadas, las personas jóvenes difícilmente podían acceder a crédito y comenzaban a estar en Buró de Crédito con 30 años. Según el especialista, esto es muy positivo, ya que hoy los jóvenes pueden optar a créditos mucho antes de lo que pudieron sus padres y abuelos. No obstante, la falta de educación financiera genera carteras vencidas en etapas tempranas.
“Existe un salto generacional en cuanto a la preocupación sobre la relevancia de la salud financiera. Las generaciones anteriores a los millennials y primeros millennials están más conscientes de lo que es el Buró, mientras que los más jóvenes no tienen noción o no parecen estar tan interesados”, subraya Roberto Esparza.
Algunos de los elementos más comunes que figuran en los malos historiales crediticios de los clientes están los quebrantos, es decir, que la persona la causó un daño a la institución financiera al no pagar la cuenta. También hay clientes que tienen quitas, es decir, tuvieron alguna deuda y terminaron negociando con la institución para no pagar la totalidad. En este caso, esto figura de manera negativa en Buró. El caso del cliente 96 que son clientes que tienen 12 meses que no han hecho algún pago a su crédito.
Ventajas de cuidar nuestra salud financiera
Un buen historial genera beneficios como optar a un financiamiento que puede tener una tasa de hasta 30 puntos base menor que si tuviéramos un mal historial. Es decir, podrías acceder a un producto financiero con una tasa del 10% en lugar del 30 o 40%.
También puede evitar que requieras a otra persona como aval. Cuando alguien es aval o coacreditado, asume el riesgo financiero junto con el titular, lo que significa que este compromiso o deuda contraída y el comportamiento de pago de la misma también figurará en el Buró de esta persona de respaldo.
En el caso de un crédito automotriz, tener un buen historial crediticio puede significar un menor enganche en el momento de contratarlo. Si hablamos de arrendamiento, las rentas en depósito pueden ser inferiores que si tenemos un mal historial.
En conclusión, no hay que tenerle miedo al Buró de Crédito ya que puede abrirte puertas de financiamiento. Es importante tratar de cuidar nuestra salud financiera desde la juventud y compartir con los más jóvenes esta cultura para que ellos puedan disfrutar de las ventajas de obtener fondos para cumplir sus sueños, tanto laborales, como educativos o de vida.