Los efectos del cambio climático como las olas de calor, sequías e inundaciones dañan la
producción agrícola de alimentos básicos como frutas, verduras, semillas, azúcares y cereales, lo
que ocasiona que se eleven los precios.
En este sentido, el aumento de 1°C de temperatura media mensual, al igual que el exceso de
lluvia, repercuten en los precios de los alimentos hasta un año, según un informe de la ONU. El
cambio climático amenaza todos los medios de vida, es por esto que, se requieren medidas
urgentes para evitar futuras crisis alimentarias.
De acuerdo con un nuevo estudio del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto (PIK),
el aumento de las temperaturas podría elevar la inflación anual de alimentos hasta un 3.2 por
ciento anual y 1.18 por ciento la inflación general a partir de ahora hasta 2035. Además, las
variaciones en el clima causan daños en las infraestructuras agrícolas, canales de riego, maquinaria
y almacenes.
En los últimos años, México ha enfrentado aumentos en los precios de los alimentos, que
repercuten no sólo en los hogares, sino también en el costo de restaurantes y locales de comida
en donde ha aumentado significativamente el precio de los platillos.
De acuerdo con datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), Tamaulipas y
Veracruz han reportado alzas de hasta 200 por ciento en el precio de algunas verduras. Algunos
ejemplos de alimentos que han subido de precio a nivel mundial son los cereales, aceites
vegetales, café, lácteos, carnes, azúcar, tomate, pepino, cilantro y frijol.
En el caso de América Latina, la región ha enfrentado un aumento en la intensidad de fenómenos
climáticos como La Niña, que ha tenido impacto en la disminución de las precipitaciones, poca
disponibilidad del agua y en la producción de alimentos.


Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los desastres y el cambio climático dañaron
la agricultura, la seguridad alimentaria de la región y arrastraron a 13.8 millones de personas a una
crisis alimentaria aguda, especialmente en Centroamérica y el Caribe. Igualmente, Chile enfrenta
la sequía más larga de su historia con 13 años de pocas precipitaciones, mientras que Ecuador y
Perú sufren de pesca reducida por el aumento de las temperaturas en los océanos.
De acuerdo al organismo The Climate Reality Project América Latina, el cambio climático es una
amenaza creciente para la agricultura, debido a las alteraciones en los patrones de lluvia y altas
temperaturas, mismas que ocasionan la reducción o pérdida de cultivos, afectan el crecimiento de
las plantas y su rendimiento, queman los cultivos, cambian la fertilidad del suelo y provocan
plagas, entre otras afectaciones.
Ante la amenaza que representa el cambio climático, se deben tomar soluciones para fortalecer la
seguridad alimentaria y al mismo tiempo, mitigar los efectos del cambio climático, como es
establecer esquemas de agricultura regenerativa tiene como objetivo mejorar y restaurar la
calidad del suelo, biodiversidad y ecosistemas a través de prácticas que impulsan la regeneración
natural.
De igual forma, promueve la sostenibilidad en todo el sistema agrícola mediante la rotación de
cultivos y reducción de laboreo, aumenta la fertilidad del suelo, la retención del agua,
diversificación de cultivos e integra diferentes especies que sean resistentes a plagas y
enfermedades.

Aproximadamente 50,000 especies silvestres se pescan, talan o recolectan en todo el mundo para
producir alimentos, energía, medicamentos y más, de acuerdo con datos de la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En la misma línea, la conservación y
promoción de la biodiversidad agrícola son fundamentales para fortalecer la seguridad
alimentaria, mejorar la adaptación al cambio climático, preservar la salud de los ecosistemas,
seleccionar árboles y plantas que requieran menos agua y sean más adaptables a las condiciones
áridas.

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