Más de una cuarta parte de los empleados mexicanos tiene dificultades financieras; es decir, 2 de
cada 5 vive al día, siendo más propensos a padecer problemas de salud física y emocional, altos
niveles de ansiedad y depresión, menor compromiso en el trabajo y productividad y, por ende, a
cambiar de trabajo.
De acuerdo a la ´Encuesta Global de Actitudes y Beneficios 2024´, elaborada por WTW, señala
que el 58 por ciento de los empleados considera que las preocupaciones por el dinero han
impactado negativamente en su bienestar, ocasionado que faltan, cancelen o retrasen una cita
médica (35 por ciento), no se reúnan con amigos o familiares (34 por ciento), y/o padezcan
ansiedad o estrés (37 por ciento).
Lo anterior, mucho más significativo en menores de 40 años (60 por ciento), mujeres, de entre 40 y
49 años (59 por ciento), con salarios de menos de 15,000 pesos, y que han experimentado un
divorcio en los últimos cinco años.
El bienestar financiero es el área en la que los empleados desean más apoyo por parte del
empleador:
El 71% considera que la educación y las herramientas financieras deberían ser una parte
fundamental de los beneficios que el empleador le proporciona
El 56% confiaría más en los productos financieros proporcionados por su empresa, que en los que
puede encontrar por su cuenta


El 50% cree que la empresa le ha ayudado a mejorar su situación económica
Sin embargo, el 75 por ciento afirmó que le cuesta adaptarse a un plan para mejorar las finanzas;
el 34 por ciento considera que nada de lo que haga podría mejorar su situación financiera; el 27
por ciento rara vez o nunca dice tomar medidas para mejorar las finanzas; y el 15 por ciento no
podría recortar gastos (si fuera necesario), por lo que el 42 por ciento acepta que no se encuentra
en el camino correcto respecto a sus finanzas.
Según los resultados de la encuesta, aumentar el ahorro, maximizar el valor de las prestaciones y
tener acceso a seguros, es los más importante para los empleados.
En general, indica, tres cuartas partes de los empleados (73 por ciento) ha pedido dinero prestado
o un préstamo para pagar gastos a corto plazo (44 por ciento), ha hecho retiros significativos de
sus inversiones y ahorros para pagar gastos (39 por ciento), y ha retrasado o faltado a una cita
médica por problemas de dinero (35 por ciento), entre otras más acciones.
En cuanto al ahorro para la jubilación, el 41 por ciento considera que no está en el camino correcto
para hacerlo; el 21 por ciento afirma que nada de lo que pueda hacer hará una diferencia en su
retiro. Solo el 8 por ciento de los ingresos totales del empleado fue ahorrado el año pasado para
este fin.

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