Cada año, cerca de seis mil ballenas jorobadas llegan a las costas del Pacífico mexicano, incluyendo  la Bahía de Banderas en Nayarit y Jalisco, donde encuentran sitios propicios para aparearse y cuidar de sus crías. Se trata de una especie que hasta hace 15 años estaba amenazada por la caza comercial. Aunque la población de ballenas se ha logrado recuperar, todavía enfrentan múltiples amenazas; especialistas alertan que es crucial continuar monitoreando sus migraciones y proteger su hábitat.

En respuesta, surge la iniciativa Nados por las Ballenas, impulsada en 2023 y que busca contribuir a la conservación de la ballena jorobada y los ecosistemas marinos en la Bahía de Banderas y el Pacífico mexicano, llamando la atención sobre la problemática ambiental, formando alianzas con distintos sectores y la ciudadanía, y recaudando fondos a través del deporte.

FONNOR se une a esta iniciativa como el mecanismo de recepción y administración de donativos al estar alineado a la misión de conservar y hacer uso sustentable de los recursos naturales. Recientemente lanzaron una colecta en línea en la plataforma GoFundMe con la meta de reunir al menos un millón de pesos para poder rescatar ballenas atrapadas en artes de pesca, retirar redes abandonadas en el fondo marino, evitar colisiones con embarcaciones, restaurar los arrecifes de coral y sensibilizar a niñas y niños de las comunidades locales.

Después de pasar el verano en aguas que van desde California hasta Alaska, las ballenas jorobadas migran al sur para reproducirse en las costas del Pacífico mexicano durante el invierno. Lamentablemente, durante este ciclo de vida enfrentan varios obstáculos que las ponen en riesgo.

“México alberga una biodiversidad única, pero sus ecosistemas enfrentan constantes amenazas. La ballena jorobada, una de las especies más emblemáticas en la región noroeste y occidente del país, está en peligro debido al enmallamiento en artes de pesca, colisiones con embarcaciones, contaminación plástica, pérdida de hábitat y el cambio climático”, explica Stephanie Montero, nadadora de aguas abiertas y co-fundadora de la iniciativa Nado por las Ballenas.

La amenaza más mortal para las ballenas jorobadas son las redes fantasma o redes de pesca abandonadas o perdidas en el fondo marino. Al año, cerca de 300 mil ballenas y delfines mueren enredados en artes de pesca en todo el mundo, según datos de la Comisión Ballenera Internacional.

Por otro lado, las ballenas también se enfrentan a colisiones con embarcaciones. Especialistas estiman que cada año hay entre 18 y 25 mil casos, en los que son golpeadas por enormes buques cargueros que navegan a una velocidad tres veces mayor, así como por embarcaciones más pequeñas.

La contaminación por plástico es una problemática grave que afecta a las ballenas y al resto de la fauna marina. A nivel global, entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico terminan cada año en nuestros océanos.

Otra amenaza latente es la pérdida del hábitat. Muchas especies de peces dependen de los arrecifes de coral en alguna etapa de su ciclo de vida o para su alimentación. Sin embargo, el calentamiento de los océanos durante la última década ha provocado que los arrecifes sufran estrés ambiental. Esto produce un efecto de blanqueamiento que, si se prolonga, puede causar su muerte.

Específicamente en el Parque Nacional Islas Marietas, en la Bahía de Banderas, y con datos del Centro Universitario de la Costa, se estima murieron el 80% de los corales de entre dos y seis metros de profundidad durante el 2023 por la alta temperatura del agua.

Finalmente, el cambio climático también incide en la conservación de las ballenas pues las modificaciones a largo plazo en la temperatura del agua podrían obligar a la especie a alejarse de sus áreas tradicionales de reproducción en los trópicos.

“Estas amenazas, incluyendo el cambio climático, ponen a la ballena jorobada y a los ecosistemas marinos en riesgo. Su solución requiere la colaboración de Todas y Todos”, explica Montero.

Es así que la iniciativa Nado por las Ballenas busca implementar una Estrategia Integral con seis proyectos clave para atender las amenazas a las que se enfrentan las ballenas y los ecosistemas marinos. Se plantea rescatar al menos a seis ballenas atrapadas en redes de pesca en la temporada 2024-2025, realizar diez monitoreos de fondo marino para mapear y retirar redes fantasma, supervisar diariamente el turismo de observación de ballenas y sembrar mil fragmentos de coral en el Parque Nacional Islas Marietas.

La estrategia también considera el apoyo a campañas de concientización sobre la velocidad a la que navegan las embarcaciones, el consumo de plástico de un solo uso, así como un proyecto de educación ambiental que busca sensibilizar y empoderar a 180 niñas y niños de comunidades locales.

En 2023, Nado por las Ballenas logró reunir 518 mil pesos que contribuyeron a rescatar diez ballenas enmalladas. Este año, la meta es recaudar al menos un millón de pesos. Cualquier persona se puede sumar con aportaciones desde los 100 pesos.

“La participación de la comunidad es esencial para proteger a estas majestuosas criaturas y garantizar que sigan surcando nuestras aguas”, concluye.

A esta iniciativa se han sumado ya más de 80 organizaciones de gobierno, sociedad civil, sector privado, academia y medios de comunicación, lo que asegura su sostenibilidad a largo plazo.

 

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