En la concepción de productos, las empresas suelen enfocarse solamente en el diseño y la distribución para el consumidor final. Sin embargo, se subestiman dos aspectos críticos: la elección de materiales sostenibles y la disposición adecuada del producto al final de su vida útil. Estos elementos son esenciales para crear una cadena productiva más eficiente y reducir el desperdicio prematuro, especialmente en productos de larga degradación o con compuestos nocivos para el medio ambiente.

El diseño sostenible o ecodiseño se consolida como una herramienta poderosa en la lucha contra la contaminación y el desperdicio, ya que cifras de organismos globales indican que más del 80% de los impactos ambientales de un producto se determinan desde el momento en que se diseñan. Por ello, las empresas que buscan disminuir su huella ecológica deben enfocar sus esfuerzos desde la fase de concepción de sus productos, adoptando una visión que trascienda el uso inmediato del consumidor y contemple todo el ciclo de vida.

En México, el avance en ecodiseño y economía circular se ha destacado a nivel mundial. El país registra índices favorables según información del Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en México, superando incluso al promedio global en aspectos clave como el uso de empaques reciclables y reutilizables (76% en México contra 65% a nivel mundial) y el contenido de material reciclado (20% en México frente a un 10% global). Estos datos reflejan un compromiso en crecimiento hacia la adopción de prácticas sostenibles en el sector empresarial nacional.

Ecodiseño: La clave para un negocio sustentable y competitivo

El ecodiseño no solo permite a las empresas cumplir con sus compromisos ESG, sino que también les abre la puerta hacia la innovación responsable, al optimizar los recursos y minimizar la generación de residuos. Este enfoque promueve la economía circular al eliminar el desperdicio y la contaminación, manteniendo los materiales en uso el mayor tiempo posible y regenerando los recursos naturales.

De esta forma, desde su creación, el producto es diseñado para tener un impacto ambiental mínimo, lo cual lo convierte en una estrategia que se adapta a las demandas de consumidores cada vez más conscientes. De acuerdo con información de ECOCE, más del 67% de las personas están dispuestas a pagar más por un producto con envase sustentable.

Un ejemplo de producto basado en ecodiseño son los pallets reutilizables de CHEP, empresa líder en soluciones sostenibles para la cadena de suministro. La empresa utiliza madera certificada para fabricar sus pallets, la cual proviene de bosques gestionados de manera sostenible, asegurando tanto la durabilidad del producto como la conservación de los recursos naturales.

“Los pallets de CHEP no solo cumplen con los estándares de calidad más altos, sino que también generan un valor añadido al reducir significativamente los impactos ambientales. Esto se logra al compartir las plataformas entre diversas empresas, evitando la producción de pallets desechables y, con ello, minimizando el desperdicio y la huella de carbono”, comenta Samantha Rodríguez, Sr. Sustainability Manager para LatAm de CHEP.

Los 6 pilares para un producto más verde

La creación de un producto sostenible requiere un enfoque integral que considere cada etapa del ciclo de vida. Para lograrlo, las empresas deben seguir seis principios clave:

Reducción de materiales: Usar menos recursos, optar por materiales renovables o reciclables y eliminar sustancias tóxicas.

Producción limpia: Implementar procesos que utilicen energías renovables y reduzcan la contaminación.

Diseño de empaques: Crear embalajes reutilizables y reciclables que minimicen el desperdicio, e incluso prescindir de ellos.

Longevidad del producto: Fomentar la durabilidad y mantenimiento, reduciendo la necesidad de reemplazos constantes.

Desempeño sostenible al final de la vida útil: Elegir materiales que se integren al medio ambiente sin daño, como opciones biodegradables.

Optimización logística: Reducir emisiones mediante el uso de transportes de bajo impacto, como el transporte neutro en carbono.

Para que la estrategia tenga un impacto positivo en el medio ambiente, se pueden implementar soluciones logísticas como el pooling de pallets de CHEP, que permite reutilizar plataformas para el transporte de mercancía entre empresas, reduciendo tanto las emisiones como los residuos generados en los procesos logísticos.

Un llamado a la acción: el impacto positivo del ecodiseño en los negocios

En un contexto donde la responsabilidad ambiental es cada vez más crucial, adoptar prácticas de ecodiseño no solo es una oportunidad para mejorar la rentabilidad, sino también para fortalecer la marca en un mercado que valora la sostenibilidad. A través del ecodiseño, empresas como CHEP están trazando el camino hacia un modelo de negocio responsable, inspirando a otros a unirse en este cambio hacia una economía circular.

Al integrar estrategias de ecodiseño en su modelo de negocio, las empresas no solo fortalecen su competitividad, sino que asumen un papel protagónico en la transición hacia un futuro más verde.

 

 

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