La diabetes es una de las principales causas de mortalidad y discapacidad a nivel global, y representa un reto de salud pública significativo. Las consecuencias van desde enfermedades cardíacas hasta la pérdida de la visión, lo que hace de la diabetes una afección que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se estima que un 31.7 por ciento de los mexicanos desconoce que tiene diabetes, siendo más común entre adultos menores de 40 años.
Asimismo, según la Diabetes de la Federación Internacional de la Diabetes (FID), 1 de cada 8 adultos tendrá la enfermedad para 2045. La prediabetes, una condición previa a la diabetes, también es una señal de advertencia que no debe ser ignorada, ya que los niveles de glucosa están elevados, pero aún no alcanzan el umbral para un diagnóstico de diabetes.
En México, la prevalencia de diabetes alcanzó el 12.6 por ciento en 2022, mientras que un 5.8 por ciento de la población padece la enfermedad sin haber sido diagnosticada. A nivel global, el 47 por ciento de los adultos con diabetes no saben que padecen la enfermedad. Esto se debe a factores como la urbanización, el envejecimiento poblacional, la falta de actividad física y la creciente incidencia de obesidad.
Estos elementos son detonantes principales de la diabetes tipo 2, que representa más del 90 por ciento de los casos tanto en el país como a nivel mundial y es una de las más peligrosas debido a su naturaleza progresiva y silenciosa. A menudo se diagnostica cuando ya ha comenzado a causar daños en los vasos sanguíneos y órganos, lo que incrementa significativamente el riesgo de complicaciones como enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal, pérdida de la visión y amputaciones debido a problemas circulatorios.
Según el Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de la Diabetes (FID), el 10.5 por ciento de la población adulta mundial vive con esta enfermedad, y casi la mitad de ellos no lo sabe. En México, esta afección crónica es la segunda causa de muerte y la primera causa de discapacidad.
Al respecto, la Dra. Cynthia Vega, directora de Relaciones Médicas de PiSA Farmacéutica agregó que “la diabetes tipo 2 es una crisis de salud que requiere una atención continua y el compromiso de todos. El acceso a tratamientos adecuados y la educación sobre el manejo de la enfermedad son claves para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden reducir significativamente los riesgos de complicaciones graves”.
“Programas de prevención, como la promoción de una vida activa y una alimentación saludable, pueden marcar la diferencia en la lucha contra esta enfermedad que afecta a millones de personas. La diabetes tipo 2 es prevenible en muchos casos. Cambios en el estilo de vida, como una dieta balanceada y el aumento de la actividad física, pueden reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad”, destacó.
Para quienes ya viven con diabetes, existen maneras de asumir un compromiso activo en su cuidado. Controlar los niveles de glucosa regularmente, seguir una alimentación saludable y mantener un peso adecuado son acciones esenciales para prevenir complicaciones graves.
Además, no fumar, mantener bajo control la presión arterial y el colesterol, así como asistir a exámenes físicos y de la vista de manera regular, son medidas importantes para el manejo efectivo de la enfermedad.