La resistencia a los antimicrobianos (RAM) es uno de los problemas de salud pública más críticos de nuestro tiempo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la RAM se ha posicionado entre las diez amenazas más graves para la salud, a tal punto que se le ha denominado la “pandemia silenciosa”.

La OMS estima que para 2050, la resistencia antimicrobiana podría causar más de 10 millones de muertes anuales en el mundo, superando otras enfermedades mortales.

La resistencia a los antimicrobianos (RAM) representa un desafío urgente para la salud pública en México, donde se reportaron 58,604 casos de Infecciones Asociadas a la Atención de la Salud (IAAS) en el año 2023.

Cabe mencionar que la resistencia a los antimicrobianos ocurre cuando bacterias, virus, hongos y parásitos dejan de responder a los medicamentos diseñados para combatirlos. Esta resistencia aumenta el riesgo de que infecciones comunes se vuelvan incontrolables, incrementando las probabilidades de propagación de enfermedades y muertes.

Según la Dra. Jazmín Rodríguez, gerente médico de Grupo Somar, la resistencia antimicrobiana es uno de los desafíos más serios que enfrentamos en el ámbito de la salud pública. Cada vez más infecciones, que antes eran tratables, están volviéndose difíciles o incluso imposibles de controlar, lo que pone en riesgo la vida de miles de personas cada año. Es fundamental que la sociedad entienda la importancia de usar los antimicrobianos de forma responsable para frenar esta amenaza y proteger la salud.

La experta medica compartió algunas recomendaciones para que la población general contribuya a frenar el avance de la resistencia a los antimicrobianos:

Uso responsable de antibióticos: Los antibióticos solo deben ser utilizados bajo prescripción médica. Evite automedicarse o utilizar medicamentos sobrantes de tratamientos anteriores.

Completar el tratamiento: Si su médico le ha recetado un antibiótico, siga el tratamiento hasta el final, incluso si se siente mejor. Interrumpir un tratamiento puede contribuir a que los patógenos desarrollen resistencia.

Promover la higiene: Practique una higiene adecuada, lavando sus manos regularmente con agua y jabón, especialmente antes de comer y después de toser o estornudar. Esto reduce la propagación de infecciones que podrían requerir tratamiento antimicrobiano.

Vacunarse: Mantener al día sus vacunas, ayudará a prevenir enfermedades que podrían requerir tratamiento con antimicrobianos.

Evitar compartir medicamentos: Nunca comparta medicamentos antimicrobianos con otras personas, ya que estos son específicos para ciertas infecciones y solo deben ser administrados bajo supervisión médica.

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