Ante la cercanía de la temporada de frío, Elisa Sánchez, Jefe de Epidemiología en LAPI Laboratorio Médico, aclara los riesgos que el virus COVID-19 comparte con la influenza estacional que es la séptima causa de muerte en México. Desde su expertise, la doctora Sánchez también habla sobre la importancia de recibir vacunas actualizadas contra ambos virus.
- Mitos y realidades sobre los riesgos de adquirir COVID-19 o influenza estacional:
Si ya te contagiaste antes, es difícil que vuelva a suceder – MITO.
Personas con factores de riesgo es posible que no tengan enfermedad grave – REALIDAD.
Personas jóvenes con un estilo de vida saludable es factible que tengan enfermedad grave – REALIDAD.
Si ya te vacunaste alguna vez la protección sigue siendo igual – MITO.
La influenza puede provocar síntomas graves o incluso la muerte al igual que el COVID-19 – REALIDAD.
Cuando ya padeciste la enfermedad, no puedes tener síntomas severos – MITO.
Sobre la importancia de aplicarse vacunas actualizadas de COVID-19 y/o influenza la epidemióloga Elisa Sánchez comentó: “Si haces ejercicio y comes bien, es probable que tengas un buen sistema inmune que te defienda contra los virus, pero tal vez no sabes que tienes algún factor de riesgo para sufrir de síntomas graves. Hay variables sobre el COVID-19 que desconocemos para determinar si la enfermedad será seria o no, así que es mejor no confiarse y vacunarse, en vez de dejar la salud al azar”. Las vacunas de COVID-19 e influenza contra las nuevas cepas ya están disponibles en LAPI Laboratorio Médico.
- Entrenar a tu sistema inmunológico puede salvar la vida:
Aunque hay cierta inmunidad tras haber adquirido la enfermedad o una vacuna tiempo atrás, esta protección pierde efectividad con el tiempo. Existen personas que tienden a pensar que “ya son demasiadas vacunas” y que una más está de sobra o hasta les puede hacer mal, sobre esto la doctora Elisa Sánchez explicó: “No hay que tenerle miedo a las vacunas, al contrario, una vacuna actualizada entrena a nuestro sistema inmunológico a reconocer mejor a una nueva amenaza para protegernos. Nuestro cuerpo tiene la capacidad de aprender a defenderse cada vez mejor”.
- Qué personas obtienen más beneficios y tranquilidad de las vacunas
El COVID-19 es cada vez más contagioso y aunque en general ya no produce enfermedad grave como antes, aún puede hacerlo. En cuestión de hospitalizaciones, en la actualidad los menores de 1 año, 1 a 4 años de edad y los mayores de 65 años son quienes más se hospitalizan a causa de COVID-19*. Las poblaciones de mayor riesgo en general son personas con obesidad, mayores y/o con enfermedades como diabetes, cáncer, VIH, enfermedades respiratorias crónicas, padecimientos cardiovasculares o aquellos que debilitan el sistema inmunológico; de hecho, la influenza también implica un riesgo mayor para ellas.
“Las vacunas contra el COVID-19 tienen una tecnología completamente segura y desde el año 2020 está en continuo desarrollo, no ha parado de avanzar en efectividad y seguridad; puede aplicarse desde los seis meses de edad en adelante y también a mujeres embarazadas. Ningún medicamento, ni siquiera el paracetamol es inocuo, en el caso de la vacuna su efectividad es mucho más alta que el riesgo a sufrir un efecto adverso”. Aseguró la epidemióloga Elisa Sánchez.
- Sin pruebas no hay un tratamiento adecuado y aumenta el riesgo para adultos mayores:
Es recomendable para recibir un tratamiento oportuno y que los adultos mayores o personas con riesgo disminuyan la probabilidad de hospitalización, ya que los cuadros complicados son difíciles de identificar y hoy se puede diagnosticar COVID-19 o influenza a partir de una sola prueba en Lapi Laboratorio Médico.
El diagnóstico sin pruebas puede ser confuso, especialmente en ciertos grupos de edad. En las personas mayores, los síntomas de infecciones graves pueden diferir de los observados en personas jóvenes. Por ejemplo, una señal importante de alerta puede ser una temperatura corporal baja en lugar de fiebre.
En los niños pequeños, los problemas respiratorios son más evidentes porque su abdomen puede hundirse visiblemente al intentar respirar; sin embargo, en los adultos, estos signos no son tan obvios. Por eso, es útil tener a mano un oxímetro para medir la saturación de oxígeno en la sangre.
Además, los síntomas de enfermedades respiratorias como la COVID-19 y la influenza son muy similares, incluyendo congestión nasal, dolor de garganta, tos, y en ocasiones, vómito, náuseas o diarrea. Esto hace que sea fundamental apoyarse en pruebas diagnósticas específicas para distinguir entre estas condiciones y recibir el tratamiento adecuado.
- Acciones para disfrutar una temporada invernal libre de virus respiratorios:
Hacer ejercicio es vital para tener un buen sistema inmunológico, pero durante la época de frío hay un incremento de partículas suspendidas en el aire que nos hacen más proclives a sufrir padecimientos respiratorios y puede ser inconveniente ejercitarse en el exterior. Por esto es importante revisar la calidad del aire, por ejemplo en la Dirección de Monitoreo Atmosférico. Las personas vulnerables pueden usar cubrebocas para protegerse.
Consumir 1.5 a 2 litros de agua al día para mantener una adecuada hidratación. Sin embargo, las personas con enfermedad renal o cardíaca deben seguir las recomendaciones específicas de sus médicos.
La medida más eficaz para no contagiarse de virus respiratorios es el cubrebocas, sobre todo en lugares concurridos y poco ventilados.
Preferir lugares bien ventilados, lavarse las manos o usar gel antibacterial después de tocar objetos de alto contacto como manijas, botones de elevadores, terminales bancarias o barandales.
Aplicar la sana distancia.
Tener una alimentación sana, una buena guía es el Plato del Buen Comer que forma parte de la Norma Oficial Mexicana (NOM), para la promoción y educación para la salud en materia alimentaria.
Consumir frutas altas en vitamina C como fresa, guayaba o naranja.
Exponerse al sol con protección solar de 10 a 20 minutos diarios.