En los últimos días, el volcán Popocatépetl se ha manifestado y, hasta este lunes 6 de enero continuaba en acción consistente, con el semáforo de alerta en Amarillo Fase 2, presentando actividad leve y una exhalación moderada en el cráter, de acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred). De hecho, desde septiembre de 2022, Don Goyo mantiene un comportamiento que pone en situación de riesgo a la población, por lo que el mismo órgano administrativo instauró un perímetro de seguridad de 12 km a la redonda.
Esta realidad impacta en los deportes del montañismo. Es por esto que Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica, quien ha estudiado al volcán Popocatépetl desde 1983, es enfático al lanzar una recomendación a estos deportistas: “Continuamente los amigos montañistas preguntan cuándo va a terminar la erupción, para poder volver a subir a la cumbre con seguridad. Como montañista que también soy, no vale la pena arriesgarse, y como vulcanólogo, tampoco lo recomiendo”.
En este sentido, el ingeniero Enrique Guevara Ortiz, director del Cenapred, detalla que el monitoreo al cual está sometido el volcán ha permitido la elaboración de políticas que promueven la prevención de riesgos y desastres. “En la actualidad, es una zona de riesgo, de ahí el haber establecido un perímetro de 12 kilómetros alrededor del cráter, lo cual definitivamente impide la actividad del alpinismo, por los riesgos de lanzamiento de material incandescente que emite”, asevera.
Por su parte, José Manuel Casanova Becerra, fundador de la Asociación de deportes de Montaña y Escalada de la UNAM, así como Lorenzo Ortiz Armas, instructor especialista en alta montaña de la misma Asociación, alertan a la población ante la posibilidad de caer en la mentira de algunas personas que organizan tours o viajes para subir al volcán.
“Como montañistas extrañamos mucho el poder ir al Popocatépetl, pero la actual situación nos hace voltear la vista hacia otras montañas. Se debe tomar conciencia que no se puede exponer la vida de nadie, por necedad de querer subir al cráter del volcán, pues los equipos de socorro alpino, ni las brigadas de rescate, pondrán en riesgo sus vidas por salvar a personas inconscientes que se exponen a accidentes catastróficos”, afirma Casanova Becerra.
Estas disertaciones fueron manifestadas en el marco de la mesa redonda denominada “La erupción del volcán Popocatépetl y sus efectos en el deporte del montañismo”, en el auditorio Ricardo Monges, del Instituto de Geofísica, como parte del Simposio 30 años de la reactivación del Popocatépetl: estado del conocimiento sobre el volcán el pasado mes de diciembre.
Al dar la bienvenida a los participantes en el panel, José Luis Macías Vázquez, titular del Instituto de Geofísica, destacó que, para la Universidad Nacional, el tema es de vital importancia y es por esto que el Instituto tiene acercamiento con el volcán a través de “estudiar la evolución del glaciar, llevando instrumentación para investigar su comportamiento, así como realizar trabajo de campo, donde tenemos que utilizar nuestras dotes de montañistas”.
En esa charla también participaron José Luis Estrada Ramírez, jefe operativo nacional de la Brigada de Rescate y Socorro Alpino de México; Francisco Salazar Valerio, encargado del despacho de los asuntos competencia del Parque Nacional Iztaccíhuatl Popocatépetl, y Alejandro Fernández Varela Jiménez, director general del Deporte Universitario, quien moderó a los participantes.
“La realidad es que el volcán sigue muy activo, y aunque sabemos que algún día regresará a su estado de reposo, por el momento es difícil hacer una predicción al respecto y continúa en activo”, dijo Hugo Delgado, quien ha vivido como vulcanólogo el nuevo despertar del Popocatépetl que se dio el 21 de diciembre de 1994, tras casi 70 años de poca o nula actividad.