El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), señala que los últimos resultados económicos que el INEGI dio a conocer según su calendario de publicación de 2024, si bien aún no reflejan el comportamiento de todo el año dado el rezago en su medición, si confirman su debilitamiento, de tal manera que el crecimiento de la economía en todo el año podría ubicarse muy cerca o incluso por debajo del nivel mínimo del rango previsto en el marco macroeconómico de los Criterios 2025 que se corrigió a la baja en un punto porcentual para quedar en 1.5 a 2.5 por ciento.

Las últimas cifras que publicó el INEGI en 2024 muestran que en los primeros tres trimestres del año el PIB acumuló un crecimiento anual de 1.5 por ciento, avance que evidentemente es insuficiente para satisfacer las necesidades de los hogares.

Con base en el indicador global de la actividad económica (IGAE), se observa que en octubre la economía se contrajo 0.3 por ciento anual, lo que significó su primera caída desde febrero de 2021. Aunque la estimación oportuna del IGAE considera un repunte anual de 1.0 por ciento en noviembre, el avance anual del periodo enero-noviembre sería de solo 1.3 por ciento.

En este entorno, se denuncia que las expectativas para 2025 no son alentadoras. Los pronósticos de los especialistas continúan ajustándose a la baja. En la encuesta de expectativas del Banco de México se prevé que en 2025 la economía crezca solo 1.17 por ciento.

Se informó que es claro que la actividad económica continúa perdiendo fuerza, básicamente por el debilitamiento de la inversión, sobre todo porque no se percibe un buen momento para hacerlo, como lo refleja la opinión de los especialistas. Esto podría ser resultado de lo que sucederá con el poder judicial. Es claro que la inversión no está dispuesta a fluir si no hay seguridad en las reglas del juego: el cumplimiento de los contratos.

Pero también existe la preocupación por las acciones de Donald Trump en materia de aranceles y migración, entre los temas más relevantes, una vez que tome posesión como presidente de los Estados Unidos. Ahora la dimisión de Justin Trudeau como primer ministro de Canadá podría ser otro factor preocupante para México.

En este contexto la incertidumbre ha sido, posiblemente, el factor que mayor incidencia ha tenido y continuará teniendo en el debilitamiento de la inversión y del crecimiento de la actividad económica.

La opinión de los directivos empresariales de la CCE refleja una preocupación importante ante la falta de una política económica interna capaz de atender todos los problemas de coyuntura, como inseguridad, delincuencia, falta de estado de derecho e inestabilidad política interna, entre otros, además de una política proactiva que realmente aproveche la oportunidad que representa el proceso de relocalización.

Desde 2015 el proceso de relocalización o nearshoring comenzó a tener fuerza ubicando a México en un momento y lugar privilegiados. Incluso conforme avanzó el tiempo, estimaciones de diversas agencias y especialistas señalaron que este fenómeno podría elevar el ritmo de crecimiento del PIB a futuro en unos dos o tres puntos porcentuales. Sin embargo, hasta el momento no se ven indicios del beneficio que este proceso representa para el país.

La información reciente muestra que después de quince meses consecutivos con tasas de crecimiento de dos dígitos, el índice de inversión fija bruta inició una rápida tendencia descendente que la llevó a que, en septiembre pasado, su último dato disponible registrara una caída de 2.3 por ciento, su primera variación anual negativa desde febrero de 2021.

Con base en la información de oferta y demanda, el valor de la formación bruta de capital fijo reportó un aumento anual de solo 1.4 por ciento en el tercer trimestre del año, su menor avance desde el primer trimestre de 2021.

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