“El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes, pero cuando se vuelve crónico, puede tener efectos devastadores como ser un potente detonante para el cáncer, así lo han demostrado diversos estudios a nivel mundial”, afirma la doctora Esmeralda Bastidas (CEO de NEOCLINIC) y experta en medicina regenerativa.
El cáncer una de las principales causas de muerte en todo el mundo (con casi 10 millones de fallecimientos) y la tercera causa de muerte en México.
Cada año, en promedio, se detectan en México 195 mil nuevos casos de cáncer, de los cuales, alrededor de 30 mil corresponden a cáncer de mama y 27 mil de próstata; seguidos de cáncer de colon, linfomas, tiroides, cervicouterino y pulmón.
El problema es tan grande a nivel global que el 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer con el objetivo de concientizar a la población sobre este padecimiento y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad.
Origen del cáncer y estrés
El cáncer se produce por cambios genéticos aleatorios originados por factores genéticos y/o ambientales.
“La herencia genética sólo interviene en un 15% en su expresión, la principal razón de su desarrollo, se tenga la predisposición genética o no, son los factores ambientales, y el estrés es uno de los principales precipitantes”, agrega la doctora María del Mar “Marimar” Guerra (CEO de MEDAE), experta en medicina genómica.
Coinciden las especialistas que la relación entre el estrés y el cáncer ha sido objeto de numerosos estudios, revelando que el estrés no solo puede facilitar el crecimiento de tumores, sino que también puede contribuir a la metástasis, es decir, la propagación del cáncer a otras partes del cuerpo.
Estrés al alza
A nivel mundial, la mayoría de las personas se han sentido estresadas. Un poco más de tres de cada cinco (62%) personas en 31 países, afirman haberse sentido estresados hasta el punto de que esto haya afectado a su vida diaria al menos una vez.
El estrés laboral es uno de los factores que más afecta. Al menos el 75% de los trabajadores sufren de fatiga por estrés laboral, superando a países como China (73%) y Estados Unidos (59%). 8
Mecanismos de acción del estrés en el cáncer
Las especialistas en biohacking explican cómo el estrés incide a nivel corporal en el desarrollo de cáncer.
1. Influencia hormonal:
El estrés crónico activa el sistema endocrino, liberando hormonas como los glucocorticoides y catecolaminas que pueden afectar negativamente la función inmunológica y promover la proliferación de células cancerosas. Por ejemplo, estudios3456 han demostrado que altos niveles de norepinefrina pueden estimular el crecimiento tumoral y la formación de nuevos vasos sanguíneos en tumores malignos.
2. Debilitamiento del sistema inmunológico:
El estrés prolongado puede debilitar nuestro sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables a infecciones y enfermedades, incluyendo el cáncer. Un sistema inmunitario comprometido es menos capaz de detectar y eliminar células anormales .
3. Estimulación de procesos inflamatorios: El estrés también puede inducir inflamación crónica, que crea un entorno propicio para el crecimiento tumoral y puede facilitar la migración de células cancerosas a otros tejidos.
4. Formación de trampas extracelulares: Investigaciones recientes han mostrado que el estrés crónico provoca que ciertos glóbulos blancos formen estructuras similares a telarañas (NET) que facilitan que las células cancerosas se adhieran más fácilmente y se propaguen a otras áreas del cuerpo (metástasis).
Estrategias para manejar el estrés y reducir el riesgo de cáncer
Si bien controlar el estrés es importante, en ocasiones no basta la voluntad, por eso la doctora Esmeralda Bastidas y la doctora Marimar Guerra nos comparten algunas estrategias efectivas para ayudar al cuerpo a gestionarlo y así reducir el riesgo a desarrollar cáncer.
• Prácticas de mindfulness:
Técnicas como la meditación y el yoga pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y mejorar la salud mental, lo que a su vez puede tener un efecto positivo en la salud física. Existen también diversas terapias biomagnéticas o lumínicas que pueden ayudar a gestionarlo.
• Ejercicio regular:
La actividad física no solo mejora nuestro estado físico general, sino que también es una excelente manera de liberar tensiones y reducir los niveles de hormonas del estrés.
• Nutrición adecuada:
Una dieta equilibrada rica en antioxidantes puede ayudar a combatir los efectos negativos del estrés en nuestro cuerpo. Alimentos como frutas, verduras y granos enteros son esenciales para mantener un sistema inmunológico fuerte.
• Apoyo social:
Mantener relaciones saludables y buscar apoyo emocional puede ser crucial para manejar el estrés. La conexión con amigos y familiares puede proporcionar un amortiguador contra los efectos del estrés crónico.
• Formulas multivitamínicas:
Existen formula multivitamínicas (como Adrenal Support by Neovitamins) que brinda un soporte integral ayudando a disminuir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y permitiendo una mejor gestión de este, para una reducción de los daños celulares y las posibilidades de desarrollo de cáncer.
Entre estos ingredientes clave se encuentran:
1. Vitamina C, B5, B6, B12: Apoya la producción de energía y el funcionamiento adecuado del sistema nervioso.
2. Magnesio y L-Tirosina: Ayuda a mantener el equilibrio emocional y la calma mental.
3. Adaptógenos: Ashwagandha, Rhodiola y Ginseng, que ayudan al cuerpo a adaptarse mejor al estrés físico y mental.
4. Jengibre y Regaliz: Mejora la digestión y apoya la inmunidad.
5. Centella Asiática y Baya de Shizandra: Mejora la circulación y ayuda en la regeneración celular.
“Además, existen estudios genómicos que pueden indicar tu predisposición genética al cáncer para comenzar los cambios en tu vida ¡ya!, y así evitar se desarrolle”, comenta la doctora Marimar Guerra, especialista en medicina genómica.
“Aunque no se puede afirmar que el estrés sea una causa directa del cáncer, está claro que actúa como un potente detonante que puede facilitar su desarrollo y progresión. Implementar estrategias efectivas para reducir el estrés, mejora la calidad de vida y fortalecemos nuestras defensas”, concluye la doctora Esmeralda Bastidas también miembro de la American Academy of Anti Aging Medicine (A4M).
La investigación continúa 3456 revelando los complejos vínculos entre el estrés y el cáncer, subrayando la necesidad urgente de integrar técnicas de manejo del estrés en los tratamientos oncológicos actuales.