El Estado de California en Estados Unidos enfrenta frecuentemente incendios, como es el caso de Eaton y Palisades, los cuales en semanas pasadas afectaron fuertemente a la Ciudad de Los Ángeles y en pocos días quemaron una gran área de bosque, por lo que aprender a evitarlos es crucial para proteger al medio ambiente, aseguró Jeanette Cobian-Iñiguez, de la Universidad de California sede Davis.
Durante la conferencia Incendios en California y cambio climático ¿Qué los causa, cómo se controlan y previenen?, transmitida a través del Facebook de la Dirección de Comunicación del Conocimiento en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la experta en comportamiento del fuego afirmó que entre las consecuencias más visibles destaca la pérdida de vegetación, erosión del suelo, contaminación del agua y aumento del efecto invernadero, mientras que a nivel de salud es posible desarrollar enfermedades cardiovasculares, respiratorias y daños al sistema inmunológico, entre otras.
Los incendios son provocados por causas naturales como relámpagos y erupciones volcánicas, o bien, no naturales, que se dividen en incidentales y accidentales. Dentro de los primeros se encuentra la inconsciencia humana de los pirómanos quienes por diversión generan fuego que puede llegar a ser incontrolable, mientras que dentro de los segundos están las chispas causadas por fallas en instalaciones eléctricas.
La doctora Cobian-Iñiguez refirió que muchas veces se cree que la única forma de propagación de un incendio es por contacto directo con las llamas que se van extendiendo, pero existen también aquellos que son ocasionados por ignición por partículas, una combustión de partículas finas suspendidas en el aire que en ocasiones son llevadas por el viento a distancias lejanas, lo que dificulta el control del fuego.
Por ello, agregó, al iniciarse un incendio en áreas silvestres es posible que se expanda a la zona urbana, como fue el caso de los incendios en Eaton y Palisades, que al llegar a Los Ángeles se multiplicaron por ignición, afectando estructuras y viviendas.
Estas partículas capaces de propagar un incendio provienen de restos de plantas y árboles que están en combustión, así como de elementos de una construcción como láminas y materiales flamables, o bien de partículas metálicas generadas por equipo mecánico o fallas en líneas eléctricas.
Otros factores ambientales como la temperatura y humedad del aire, así como la dirección y velocidad del viento son determinantes. Por otra parte, la topografía o características físicas de la superficie terrestre pueden acelerar su propagación, en especial cuando los combustibles naturales se encuentran en terrenos de ascenso, como el caso de los cerros o colinas.
Sin embargo, existen alternativas que previenen estos desastres, por ejemplo, algunos gobiernos impulsan la gestión forestal, en la que se quitan de la superficie de la tierra restos secos combustibles como ramas y hojas, ayudados por maquinaria diseñada para esta tarea, con lo que anticipan o reducen la fuerza de los incendios.
Asimismo, dijo, es posible prevenir los daños a través de la adaptación de las viviendas y estructuras, llevando a cabo cambios que reducirán el potencial. Además, los turistas que visitan bosques y hacen fogatas, deben asegurarse de apagarlas por completo, pues estos descuidos generan graves daños irreparables para la vida.
Esta conferencia fue impulsada por la Dirección de Comunicación del Conocimiento de la UAM y la fundación alemana Falling Walls Engage dedicada a promover la vinculación entre científicos y ciudadanos, la cual tiene un Hub o Centro en México, que en noviembre pasado organizó por tercera ocasión un congreso en el país, en el que se reunieron más de 30 personas de Latinoamérica, el Caribe y Centroamérica para discutir sobre cambio climático y cómo prepararse y prevenirse frente a él.