Los esfuerzos de la Presidenta Claudia Sheinbaum para mejorar los servicios públicos, gestionar la relación bilateral con Estados Unidos y enfrentar una desaceleración económica, se verán mermados por la debilitada hacienda pública que heredó de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), advirtió la organización México Evalúa a través de la serie “Lecciones del Sexenio. Desafíos fiscales para Sheinbaum, la herencia de AMLO”.

En un análisis realizado al sexenio pasado, los últimos datos que abarcan todo el sexenio de 2019 a 2024. De ella, destaca la austeridad republicana derivó en mayor deuda y menos ahorro.

Al inicio del sexenio anterior se aseguró un manejo austero del gasto, incluso se prometió que no aumentaría la deuda pública. A pesar de que el saldo de la deuda se elevó menos que en el sexenio que terminó en 2018, el menor crecimiento económico hizo que este incremento fuera similar al del sexenio anterior medido en puntos del PIB. Además, hubo un retroceso en materia de ahorros públicos, los cuales cayeron en 5,230 pesos por persona.

Al cierre de 2024, de cada 100 pesos de endeudamiento, 47 pesos se destinaron para pagar gasto corriente. no sólo es una mala práctica financiera, también desacata el artículo 73 de la Constitución. De 2018 a 2024 las prioridades del gasto se enfocaron en tres rubros: las pensiones del bienestar, el salvamento de Pemex y los megaproyectos de infraestructura. La supuesta austeridad fue, en realidad, una redistribución selectiva del gasto.

En el segundo punto que es la onerosa intervención en el sector energético: durante el sexenio de AMLO, la intervención del gobierno en el sector energético a través de sus empresas estatales tuvo un costo de 3.7 billones de pesos. Esa cantidad hubiera duplicado el gasto sexenal conjunto de la Secretaría de Salud, que asciende a 940 mil millones de pesos (mmdp), y el de la Secretaría de Educación Pública, de 2.6 billones.

Este gasto significativo en el sector energético incluye 523 mmdp en subsidios a las tarifas eléctricas, 2.2 billones en apoyos del Gobierno federal a Pemex, la cual sigue en quiebra técnica, y 988 mmdp en renuncias recaudatorias para intentar controlar el precio de las gasolinas.

Las inequidades de la inversión en infraestructura: el sobrecosto multimillonario de las megaobras que abanderó el anterior Gobierno. representaron un alto costo de oportunidad. El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el Tren Maya y Dos Bocas, las tres obras insignia del periodo de López Obrador, excedieron lo presupuestado por 673 mmdp, recursos que pudieron haberse destinado a sectores clave para el desarrollo del país.

A pesar de estos sobregastos, durante el sexenio se dio un retroceso en el conjunto de la inversión en infraestructura. Se invirtió un promedio de 6,911 pesos por persona, esto es 1,778 pesos per cápita menos que con Felipe Calderón o 1,864 pesos menos que con Enrique Peña Nieto.

“Sheinbaum recibe un gobierno con ahorros mínimos para hacer frente a situaciones inesperadas, como una recesión económica. La gestión encabezada por AMLO dejó los fondos de emergencia de México con tan solo 4,190 pesos por persona, un 55% menos que los 9,420 pesos per cápita que había al cierre del sexenio de Peña Nieto”, detalló Jorge Cano, coordinador del Programa de Gasto Público de México Evalúa.

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