El triunfo de la película, Anora, del director Sean Baker, como Mejor Película en los Premios Oscar, y que también ganará en las categorías de: Mejor Actriz, Mejor Dirección y Mejor Guión Original, trae de vuelta a la conversación, las violencias sistémicas, discriminación y vulnerabilidad extrema, que enfrentan las trabajadoras sexuales de México y el mundo. Tejiendo Pueblos, grupo cívico que desde 2020 apoya a esta comunidad en CDMX, donándoles despensas, comida, ropa, organizando actividades, entre otros, busca aprovechar este momento, para impulsar el reconocimiento del trabajo sexual y sus derechos.

En su discurso de aceptación como Mejor Actriz, Mikey Madison, quien interpreta a Ani, una trabajadora sexual que inicia un romance con el hijo de una familia rusa adinerada, y que tras su matrimonio en Las Vegas desata la oposición de la familia del heredero, expresó un mensaje lleno de empatía: «Quiero tomarme un momento para reconocer a la comunidad de trabajadoras sexuales. Solo quiero decir que las conozco. Merecen respeto y decencia humana. Siempre seré una amiga y una aliada.»  La preparación de Madison para este personaje incluyó: leer memorias de trabajadoras sexuales, ver documentales, entrevistas a esta población, visitas a clubes de striptease y entrenamientos intensivos de baile.

Según el informe «Indicadores de violencia de género en el mundo laboral de las trabajadoras sexuales en México» de 2024, elaborado por Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez,  con entrevistas a más de 45 trabajadoras sexuales en 14 estados del país, señala el que el 73% de los casos de violencia contra trabajadoras sexuales involucran a funcionarios públicos, y que algunas de las violencias constantes que sufren, son:

Violencia psicológica: maltrato verbal, menosprecio, discriminación en servicios de salud y amenazas por parte de las autoridades y de la sociedad en general.

Amenazas y extorsión: intentos de coerción para que accedan a relaciones sexuales con policías o paguen “derecho de piso”.

Violencia física: golpes y empujones por parte de policías en operativos de detención.

Violencia psicológica: maltrato verbal, menosprecio, minimización del ejercicio de su maternidad por ser trabajadoras sexuales, negligencias médicas, aplicación de pruebas rápidas sin medidas sanitarias, y amenazas por parte del cuerpo policiaco.

Violencia en servicios de salud y otros: falta de acceso a servicios de salud dignos, salubres e higiénicos, especialmente por la falta de atención sin discriminación en servicios públicos.

Anora es un recordatorio de que el arte tiene el poder de visibilizar realidades ignoradas y cuestionar los prejuicios sociales. Más allá de su historia, es un llamado a la sociedad para reflexionar sobre la humanidad, la dignidad y los derechos de todas las personas, sin importar su ocupación. Si te gustaría apoyar o conocer más sobre el tema, a través de las iniciativas de Tejiendo Pueblos, síguelos en sus redes sociales: Facebook e Instagram: @tejiendopueblos.

 

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