En México se generan alrededor de 15,000 toneladas de envases plásticos al día, según cifras del Área de Investigación de Tecnologías Sustentables del Departamento de Energía de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana, los cuales tardan en degradarse más de 100 años y terminan enterrados en rellenos sanitarios o basureros clandestinos.

De acuerdo con estimaciones hechas en nuestra compañía, alrededor del 10 por ciento de esos envases plásticos es producido por la industria de lubricantes automotrices e industriales. Se podría pensar que la opción más viable es reciclar esos recipientes pero en la ejecución, este proceso resulta muy difícil y costoso porque se tendría que retirar el aceite que queda adherido a las paredes de las botellas y si no se limpia de forma adecuada podría contaminar todo el procedimiento de reciclaje.

Ante este escenario, una mejor opción es la biodegradación de dichos empaques, pero ¿son biodegradables los envases de lubricantes? La respuesta es sí, aunque algunos tardan cientos de años en descomponerse.

En Raloy Lubricantes estamos comprometidos con el desarrollo sustentable y la protección del medio ambiente, por lo que a partir de este 2024 nuestros especialistas y directivos decidieron incorporar a nuestro proceso de producción una tecnología creada por nuestros ingenieros con base en un desarrollo ya existente que ayuda a que la degradación de estos desechos se haga en menos tiempo. Así, los envases de nuestros fluidos en presentaciones de uno, cinco y 19 litros  ahora se fabrican por nuestro proveedor Thermofluidos, bajo el nuevo desarrollo Thermogreen que consiste en agregar un aditivo orgánico patentado por un tercero a nuestros envases de PEAD (Polietileno de Alta Densidad) que vuelve el material biodegradable, en condiciones anaeróbicas (como en rellenos sanitarios), aproximadamente en cinco años.

Este desarrollo está sustentado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) a través de la metodología estandarizada ASTM D5511-02 y la norma ISO 15985:2014 con lo cual se comprobó la biodegradación anaerobia de nuestros envases, que, con base en las pruebas realizadas, se logró en 80 por ciento, en un lapso aproximado de dos años.

Cabe destacar que la tecnología Thermogreen permite transformar los envases desechados en materia orgánica al degradarse, método distinto al de otras tecnologías que desintegran los materiales de envases en partes mínimas, las cuales permanecen en el medio ambiente. Este desarrollo permite la biodegradación acelerada del recipiente hasta que éste llega al vertedero de desechos, no se degrada en condiciones ambientales normales, no tiene fecha de caducidad, ni se fragmenta, es decir, no forma microplásticos.

Al producir lubricantes con estos envases biodegradables, en Raloy contribuimos a proteger el medio ambiente porque su tiempo de descomposición disminuye de forma considerable y el producto mantiene su misma calidad, ya que el material de las botellas tiene las mismas propiedades que el plástico tradicional, la misma durabilidad, así como la misma resistencia (no cambia el grosor de sus paredes).

La diferencia con los envases tradicionales de plástico es que al desecharse, su material repele el agua, mientras que los que contienen la tecnología Thermogreen atraen la humedad y microorganismos presentes en los tiraderos de residuos, que se mantienen ahí y al penetrar el material, secretan enzimas que atraen más organismos microscópicos que se alimentan del plástico, así lo descomponen y biodegradan. Al final los envases se convierten en materia orgánica elemental que se puede transformar en energía y dióxido de carbono.

Es importante destacar que el material de estos envases no se degrada mientras el producto esté almacenado en cajas o exhibido en anaqueles, ya que aún con la adición de este aditivo sus propiedades físicas y químicas no se alteran, por lo que tendrán la misma resistencia para garantizar su buen almacenamiento porque el proceso de biodegradabilidad comenzará sólo  cuando no haya oxígeno en el ambiente (condiciones anaeróbicas como en rellenos sanitarios), por lo que el usuario podrá tener la tranquilidad de que su lubricante estará almacenado de manera adecuada.

El desarrollo de la tecnología Thermogreen forma parte de la estrategia de sostenibilidad de Raloy, que abarca otras acciones como operar bajo el estándar ISO 14001:2015 de Gestión Ambiental, el diseño de un sistema de cogeneración de energía sustentable basado en gas natural para calentar tanques de almacenamiento de productos de alta viscosidad, contar con una fundación para la asistencia pública y generar el desarrollo pleno de su plantilla laboral con prestaciones superiores a la ley, además de promover en ellos la responsabilidad social, la salud, la sustentabilidad y la ayuda a los más necesitados, visión general de la compañía.

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