La certificación IATF 16949 es un pilar fundamental para la industria automotriz en México, pues asegura estándares de calidad que permiten a los proveedores y partes interesadas mantenerse competitivos.
Esta norma es un estándar internacional que establece los requisitos para un sistema de gestión de la calidad en la industria automotriz, enfocándose en la mejora continua, la prevención de defectos y la reducción de variaciones y desperdicios en la cadena de suministro.
Basada en la reconocida ISO 9001, no solo impulsa la eficiencia en los procesos de manufactura, sino que también facilita la integración de las empresas mexicanas en la cadena de suministro de los principales fabricantes de vehículos.
Felipe García, encargado del sector automotriz para México y Centroamérica de la organización especializada en Normas, BSI, explica la importancia de IATF 16949 para la gestión de la calidad automotriz, con el objetivo de minimizar errores y problemas en la industria.
Retos por vencer en el sector. Uno de los principales desafíos que enfrentan las empresas y la industria es la creciente competencia con las marcas chinas: “El problema de muchas de éstas, es la falta de credibilidad con relación a su calidad”, menciona García.
Retiros masivos de vehículos (recalls): Defectos de fabricación pueden obligar a las armadoras a retirar miles de vehículos del mercado.
Pérdida de confianza del consumidor: La percepción de baja calidad en los vehículos puede disminuir la confianza de los compradores finales.
Interrupciones en la cadena de suministro: La falta de estandarización y control de calidad puede generar inconsistencias en los componentes suministrados
Barreras comerciales: Empresas que no cumplen con la IATF 16949 pueden enfrentar dificultades para acceder a mercados internacionales, entre otras trabas.
La norma IATF 16949 garantizaría que toda la cadena de proveeduría funcione de manera eficiente y confiable.
Para el especialista, “la idea es evitar problemas de calidad mediante la aplicación de esta normatividad”, sin embargo, para lograrlo es fundamental que toda la cadena de producción y suministro esté alineada. Un reto adicional, es que la certificación no es obligatoria, lo que significa que su adopción depende de la cultura organizacional y la disposición de las empresas a invertir en sistemas de gestión.
Otro aspecto muy importante es “la falta de inversión de parte de alguna parte, sobre todo en las llamadas Pymes, que no priorizan la certificación, la capacitación o el desarrollo de sistemas de gestión”, comenta García, dificultando la implementación de estándares de calidad y la competitividad en el sector.
Felipe García advierte que las organizaciones o empresas deben siempre estar preparadas para la incertidumbre (Riesgo), ante un panorama de incertidumbre: “Es mejor es estar preparados, y este tipo de inversiones pueden ser un preventivo eficaz”.
Cabe destacar que este último aspecto no suele ser comprendido por los empresarios o grupos inversores de una organización, y pueden ser reacios a capacitar a su personal sin anticipar las dificultades que pueden surgir en el futuro: “Para que una empresa crezca, lo más importante son sus empleados”, recalca.
Para BSI México, las empresas asentadas en nuestro país han demostrado gran resiliencia y son altamente exitosas. No obstante, se advierte que es necesario hacer evaluaciones constantes sobre la situación del mercado y diseñar estrategias para enfrentar los desafíos.
Por ejemplo, “el nearshoring representa una gran oportunidad para el sector, ya que estamos junto al mercado más importante del mundo”, subraya el ejecutivo. “Contamos con dos océanos y con mano de obra altamente capacitada. La parte más difícil ya está resuelta, ahora nos toca entender cómo suplir nuestras desventajas”.
Otros son los desafíos internos de las compañías como una elevada rotación de personal y dependencia de clientes.
La rotación del personal podría ocurrir después de que la empresa ha invertido en capacitación de sus trabajadores. En ciertas ocasiones, los empleados capacitados se van “y no siempre es por el salario”, lamenta García, quien abunda que hay, inclusive, empresas que dependen demasiado de un solo cliente, lo cual “es un riesgo importante” Por lo que es necesario diversificar.
La IATF 16949 en una herramienta clave para la gestión de calidad que, al ser un sistema de gestión, permite realizar pruebas adecuadas, establecer KPIs estratégicos para medir el desempeño, analizar tendencias y replicar buenas prácticas, además, ayuda a “identificar errores que han ocurrido en otras regiones y evitar que sucedan en México”.
El liderazgo y su compromiso en la implementación del sistema de gestión también juega de manera preponderante al interior de una organización para que ésta marche adecuadamente. García recuerda que el principal responsable de la implementación de un sistema de gestión es justamente la alta dirección: “El director general debe entender su rol y proporcionar los recursos necesarios para el desarrollo de estos sistemas”.
Sin embargo, no solo es responsabilidad de la dirección, sino de toda la organización, desde el director hasta el operario, “todos deben entender que forman parte del sistema”.
La falta de compromiso o liderazgo puede llevar al fracaso de una empresa: “Si el propio director no está convencido, no habrá cambios ni se asignarán los recursos necesarios”, se advierte.
Parte del proceso implica realizar revisiones constantes del sistema de gestión y analizar la problemática interna para encontrar soluciones efectivas: “No basta con documentar el sistema de gestión, debe aplicarse en la operación diaria”, subraya Felipe García.
Para la industria automotriz la calidad y la competitividad no son opcionales, sino imperativos estratégicos. La IATF 16949 no es solo una certificación más en la lista de una empresa u organización, es la diferencia entre sobresalir en el sector o quedar relegada.
Las empresas que no apuesten por la confianza y la resiliencia corren el riesgo de ser reemplazadas por quienes sí lo hagan.