En su visita en Coahuila, Ricardo Anaya descendió a “un pocito”, una mina de carbón, y conversar con don Crescencio y don Dimas, dos mineros que le explican las duras condiciones de trabajo que enfrentan día a día.

“Además de peligroso, es un trabajo muy pesado, un trabajo muy agresivo para la salud y la verdad es que ya no se paga como antes”, comenta Anaya, en tanto se ve a los mineros acarreando el carbón en carretillas que pesan 100 kilos o más, y comentando que entre ellos son frecuentes los problemas respiratorios y los dolores musculares.

Frente a esta “situación crítica”, Anaya se pregunta: ¿dónde está el Gobierno? Y explica que en otros países, “donde el Gobierno sí ve hacia el futuro”, como en la provincia de Alberta, en Canadá, los trabajadores de la industria del carbón reciben “hasta 200 mil pesos, para poderse capacitar en algún otro oficio.

Y les dan hasta el 75% de su sueldo durante casi un año”. De esta manera es posible hacer la transición de la economía del carbón a otras actividades, sin perjuicio para ellos y sus familias.

“Existen muchas opciones para que la gente y estas comunidades puedan salir adelante”, abunda Anaya, y pone el ejemplo de la energía producida con paneles solares.

“No es la única opción, pero sí es un muy buen ejemplo de un sector con muchas oportunidades de empleo”. Para ilustrarlo relata su conversación con José Ángel, un instalador de paneles solares, quien le comenta que “no nos damos abasto. Tenemos demasiada demanda en todos los sectores, ya sea residencial, comercial, industrial y el campo, y necesitamos más gente. Se paga muy bien”.

En la parte final del video, Anaya dice que “hay que agradecer a todos los mineros, que han arriesgado su vida y su salud en los últimos años, para que nosotros tengamos electricidad. Hoy nos toca a nosotros apoyarlos a ellos”.

Por eso, como parte del proceso de transición hacia las energías renovables, Anaya hace tres propuestas: 1) diversificar la economía; 2) impulsar las energías renovables justo en sus comunidades, para generar empleo bien pagado ahí donde ellos viven; 3) invertir fuerte en capacitación y educación, dando becas y todas las facilidades.

 

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