En la actualidad, las mujeres padecen con mayor frecuencia desequilibrios hormonales ocasionados por sus diferentes etapas biológicas o por cambios en su estilo de vida. La mayoría de los tratamientos para restablecer el balance hormonal están basados en el consumo de medicamentos que modifican la producción de hormonas, pero no atacan el problema de raíz y pueden tener riesgos a largo plazo.
Sin embargo, existen también opciones cien por ciento naturales recomendables para equilibrar las hormonas en cualquier edad y etapa de vida, como el ciclo de las semillas que consiste en el consumo de la combinación exacta de cuatro semillas – calabaza, linaza, ajonjolí y girasol – durante las diferentes fases de la menstruación.
¿Cómo funciona?
Las semillas contienen grasas saludables y ácidos grasos que son fundamentales para la producción natural de hormonas, si por alguna razón nuestro cuerpo no fabrica de manera suficiente estos componentes se origina un desequilibrio que afecta la producción hormonal. De ahí, que el ciclo de las semillas sea una alternativa para ayudar a nuestro cuerpo a cumplir con esa función.
“La gran ventaja de los tratamientos basados en el ciclo de las semillas como MUNAR es que lo pueden tomar las mujeres a cualquier edad, desde que inician su periodo hasta la menopausia; sin preocuparse por tener efectos secundarios. Las semillas son ingredientes orgánicos, sin aditivos o edulcorantes, que facilitan la capacidad natural del cuerpo para encontrar un balance”, explica Patricia Martínez, nutrióloga y health coach certificada en el sistema hormonal de la mujer.
Algunos beneficios de tratamientos a base de semillas como MUNAR son que regularizan el periodo, reducen los cólicos y los cambios de humor, elimina el acné y las migrañas menstruales, mejora la calidad del sueño, favorece la fertilidad e incluso alivia los síntomas del síndrome del ovario poliquístico.
Aunque el concepto del ciclo de las semillas es algo de reciente conocimiento en México, su origen se remonta a la medicina tradicional china que recomendaba consumir semillas para aumentar la fertilidad femenina. Con el tiempo se observaron otros beneficios y actualmente es una gran alternativa a los tratamientos basados en el consumo de pastillas anticonceptivas a un precio más accesible.