La logística y el desempeño de la cadena de suministro han jugado un papel vital en la gestión de la pandemia desde el principio para garantizar la disponibilidad y distribución de instrumentos clave para la lucha contra la pandemia: medicamentos e insumos médicos, como vacunas, kits de test, suministros auxiliares, tratamientos y equipos de protección personal (EPP).
El estudio de DHL «Aprendizajes sobre la Resiliencia ante la Pandemia» evalúa el desempeño global y resalta lo que el sector logístico ha aprendido durante la carrera contra el COVID-19, identificando acciones clave para una mejor preparación a la hora de gestionar emergencias de salud pública en el futuro.
«Una vez las vacunas contra el COVID-19 estuvieron listas, era crucial que la logística y gestión de cadena de suministro fueran lo suficientemente eficaces para que éstas llegaran a todos los continentes con la urgencia requerida,” dijo Claudia Roa, vicepresidente del Sector Farmacéutico y Equipos Médicos para DHL en las Americas.
“Hemos desarrollado e implementado soluciones especializadas para la distribución de las vacunas y así facilitar el manejo de volúmenes sin precedentes, teniendo en cuenta la urgencia con que estas vacunas deben llegar a cada país. La logística y la gestión de la cadena de suministro han desempeñado un rol vital durante esta pandemia, y en el transcurso de esta función, hemos aprendido valiosas lecciones”, dijo.
Se han reportado importantes logros en investigación y desarrollo, producción y gestión de la cadena de suministro, así como políticas que ayudarán a superar la crisis como comunidad global. Los cimientos de esto se establecieron mediante la investigación y el desarrollo al producir una vacuna cinco veces más rápidamente que cualquier otra vacuna en la historia y al incrementar su producción en un tiempo récord, cuadruplicando así la capacidad de producción de vacunas anterior a la pandemia del COVID-19.
Si bien hubo que cumplir requisitos de cadena de frío sin precedentes, de hasta -70°C, la logística hizo posible la distribución tres veces más rápido de lo habitual. Además, acciones multilaterales emprendidas por diferentes actores en la salud pública y el gobierno proporcionaron un marco propicio para agilizar el desarrollo y la implementación de las vacunas.
“Todos los sectores, industrias y naciones deben colaborar estrechamente para poner fin satisfactoriamente a la fase aguda de esta pandemia,” agregó Roa. “Formar asociaciones sólidas y aprovechar el análisis de datos será decisivo para combatir exitosamente esta y cualquier otra pandemia futura.”
Para alcanzar altos niveles de inmunización, se estima que se necesitarán unos 10,000 millones de dosis hasta finales de 2021. Por el momento, solo cuatro países alcanzan tasas de vacunación de más del 50 %, y muchos de los países y territorios restantes cuentan con una infraestructura menos desarrollada, lo que dificulta la implementación. Para acelerar la distribución de vacunas, es necesario tener en cuenta las áreas siguientes:
Los diferentes sectores de la economía y los gobiernos deben promover la colaboración, enfocándose especialmente en establecer cooperaciones sólidas y crear una infraestructura de datos de apoyo.
Para asegurar los flujos de suministros, se requieren un manejo proactivo de las capacidades de transporte y flujos sustentables de retorno del empaquetado. Esto reviste una importancia fundamental, pues más del 95 % de las dosis mundiales de vacunas del COVID-19 se fabrican en tan solo ocho países, desde los cuales tienen que distribuirse al resto del mundo.
También deberían implementarse modelos de distribución terrestres de última milla en función de las necesidades locales, priorizando la ubicación estratégica de los almacenes, la sincronización de los flujos de vacunas y productos auxiliares y el número y la localización de los puntos de vacunación.
La infraestructura logística y las capacidades establecidas deberán mantenerse a ese nivel, ya que en los próximos años se necesitarán anualmente entre 7.000 y 9.000 millones de dosis de vacunas adicionales para mantener bajas las tasas de reinfección y frenar el ritmo de las mutaciones del virus, sin contar con las fluctuaciones de temporada.
Según el estudio, es imprescindible planificar de cara al futuro para identificar y prevenir crisis sanitarias mediante cooperaciones activas, sistemas de alerta global ampliados, una agenda integrada para la prevención de epidemias e inversiones específicas en I+D. También se recomienda expandir e institucionalizar las medidas para contener y combatir el virus (por ejemplo, rastreo digital de contactos y creación de reservas nacionales) para asegurar una preparación estratégica y unos tiempos de respuesta más eficientes.
Para facilitar un rápido despliegue de la medicación, que incluye los productos diagnósticos, terapéuticos y las vacunas, los gobiernos y la industria deberán mantener unas capacidades de producción en disponibilidad permanente, con investigación de modelos, producción y planes de aprovisionamiento, y además expandir las capacidades locales de implementación.