La empresa en soluciones de envases de plástico Alpla, dio a conocer que las emisiones de carbono pueden reducirse hasta en un 90% en el caso de PET, a través de utilización de resina reciclada. Y aunque este factor puede cambiar con otras alternativas de resina, en la mayoría de los casos es un beneficio substancial.
Humberto Quiroz, director regional de Compras y Sustentabilidad para México, Centroamérica y el Caribe de Alpla, señaló que “los números son claros, reciclar plásticos para producir empaques plásticos reduce de manera significativa las emisiones contaminantes, y no sólo eso, sino que además promueve nuevos esquemas de cooperación económica en la sociedad para generar una mayor conciencia ambiental”.
El directivo de la empresa de plásticos abordó la importancia de la economía circular y los modelos sustentables dentro de las industrias, y señaló que dicha empresa han emprendido un esfuerzo a nivel global para reducir sus emisiones de carbono y alinearse así con el Compromiso 2025 de la Fundación Ellen MacArthur, mediante el cual lograrán que para dicho año, el 100% de los envases producidos por la empresa sean reciclables, además de utilizar un porcentaje mínimo del 25% de material reciclado en sus empaques.
En ese sentido, abundó, “la planta de reciclaje IMER, ubicada en Toluca, Estado de México, ha sido punta de lanza en materia de sustentabilidad dentro del país, pues desde el 2005 y hasta la fecha, se han procesado aproximadamente 240,000 mil toneladas de PET, además de que trabajamos de la mano de diversos sectores sociales para recolectar, transportar y procesar las botellas de plástico antes de que lleguen a nuestras manos”.
Próximamente será el arranque de operaciones para la nueva planta de reciclado de plástico HDPE, la cual estará ubicada en Toluca y procesará más de 19,000 toneladas de botellas HDPE con posibilidades de expansión, si así lo requiere el mercado.
Quiroz aseguró que actualmente existe una estigmatización generalizada alrededor de los productos plásticos, por lo que es esencial que tanto gobiernos, como empresas y ciudadanos, revaloricen el material por sus beneficios, y tomen en cuenta que existen modelos en los que estos materiales pueden reincorporarse a las líneas de producción, pues una vez que son utilizados no tienen por qué convertirse en residuos, sino que son materia prima que pueda extender su ciclo de vida y seguir siendo útil para crear distintos productos, sin dañar al medio ambiente.