Si lo que más anhela en este momento es hacer un viaje para despejarse un rato de las pantallas y reconectar con la naturaleza, El Cuyo es el destino perfecto para usted, pues en esta pequeña villa de pescadores, con calles llenas de arena, casas de colores vibrantes y paisajes pintorescos, le invitan a pasar un rato tranquilo y agradable, alejado de todo el estrés de la vida moderna.
Está ubicado a poco más de tres horas y media de Mérida, la aventura comienza desde la forma en la que tiene que llegar, pues al estar separada de la tierra firme de Yucatán al cruzar la Ría Lagartos, deberá pasar por el cauce de la laguna roja para estar en el sitio.
Al llegar a este pueblito, de menos de 2000 habitantes, le estará recibiendo un gran faro de color rojo con blanco que fue construido sobre ruinas mayas. La mayoría de sus calles aún son de arena y las casas de madera, ya que antes era muy conocido por ser un puerto maderero, también se encontrará con múltiples murales que adornan las fachadas.
Se trata de un lugar único, pues por un lado se disfruta el mar inmenso color azul celeste y por el otro lado está la laguna roja de la Ría Lagartos (su color se debe a las altas concentraciones de sal que posee); estos dos paisajes envuelven a la ciudad formando una atmósfera llena de serenidad que le hará pasar una experiencia inolvidable.
Las actividades que puede hacer ahí son diversas, van desde tomar una tranquila caminata por toda la playa virgen, en la que se encontrará un sinfín de conchas y caracoles de mar, hasta actividades más extremas como el practicar el Kayak recorriendo senderos llenos de obstáculos naturales o realizar kitesurf y paddle ya que existen las condiciones perfectas para este deporte, al tener el agua baja y días con mucho viento.
Si va en los meses de enero a septiembre tendrá la suerte de apreciar los flamencos rosados tan característicos de Yucatán y de junio a agosto se ven Tortugas Marinas.
En El Cuyo, podrá disfrutar de la comida típica que le ofrecen los lugareños. Al estar cerca de la laguna le esperan platillos de pescado fresco, pero también platillos de la comida yucateca como la cochinita pibil y tamales horneados.
Se recomienda visitar algunos de estos pequeños restaurantes típicos de pueblo costero, entre ellos no puede dejar de visitar el que lleva por nombre “El Chile Gordo”, donde el chef Oscar Flores ofrece exquisitos platillos tradicionales diseñados para resaltar la diversidad culinaria de México, con sabores únicos y una presentación hermosa.