Durante la fase 3 de la pandemia del COVID-19, donde los contagios se dan de forma comunitaria y masivamente deja al descubierto que el sector agrícola de México es un ámbito que padece del olvido oficial y sanitario.
Víctor García, director de la organización global Heifer Internacional en México –organización internacional de apoyo al desarrollo agrícola-, declaró que los pequeños productores rurales de México están en una línea muy delgada de riesgo sanitario. “En las regiones más apartadas del campo mexicano no se tiene la más mínima información sobre los riesgos que significa el coronavirus”.
Esta situación provoca que diversas comunidades actúen de forma incivilizada, sin cuidado de su salud y no se preocupen de tener en la mano los insumos básicos de cuidado –cubrebocas, gel sanitizante, caretas, etc.-
Datos del INEGI indican que existen más de 10 millones de personas que trabajan en el campo. 56% son agricultores, 6 de cada 10 campesinos padece pobreza, 44% son trabajadores de apoyo (peones y jornaleros) y 11 de cada 100 campesinos son mujeres.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) informó que la agricultura en México y en el mundo “no puede parar” a pesar de la pandemia de la COVID-19.
La dependencia federal acepta que se requiere fortalecer cada vez más los protocolos sanitarios e implementar infraestructura productiva y logística para prevenir los contagios en el campo mexicano.
Sin embargo, Víctor Villalobos Arámbula, titular de SADER, expuso que la pandemia de la COVID-19 en el sector rural ha presentado diversos retos, pero que son controlables con base a las acciones implementadas en los campos agrícolas.
Indicó que el sector agrícola mexicano sigue produciendo alimentos y no anticipa problemas severos por la pandemia, no obstante los productores están expuestos a contagios como cualquier ciudadano.
El representante de Heifer Internacional en México refutó al funcionario federal e indicó que el campesino no tiene la más mínima información sobre el COVID-19, ni siquiera existen trípticos en lenguas indígenas, no existen sistemas médicos adecuados en comunidades lejanas y no existe acceso a equipos de protección como son los cubrebocas.
Agregó que un problema paralelo que se avecina es el encarecimiento de los alimentos, pues el cierre de mercados, pérdida de cosechas e impacto sanitario en el campo provocará daños a los alimentos en 2021.
“Tenemos que recordar que un 60 hasta 70% de los alimentos en México provienen de los pequeños y medianos productores agrícolas”, dijo.
Calificó de esencial de campañas de responsabilidad social de la iniciativa privada para llevar oportunidades de salud y de comercio al pequeño productor, ejemplificó con los casos de Hoteles City y Grupo Toks, con quienes han establecido contratos de compra de insumos agrícolas de pequeños productores rurales.
La SADER en coordinación con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), elaboraron la “Guía Práctica para la Prevención y Mitigación de la Enfermedad en la Agricultura”.
Por su parte, Marcel Morales, director general de la empresa BioFabrica Siglo XXI, declaró que el efecto de la COVID-19 en el sector rural de México será muy significativo de forma negativa. Debido a que las políticas productivas, sociales y sanitarias que impulsan las empresas agrícolas no son apoyadas por las instancias federales.
Desmintió al titular de SADER al declarar que “estamos a tiempo para actuar y evitar que el campo entre en una crisis sanitaria y productiva. Está por comenzar la siembra del ciclo primavera-verano que requiere soluciones urgentes para el mes de julio”.
El empresario y experto en biotecnología dijo que se presentará un sobreprecio de un 30% en los precios de los alimentos en caso de continuar sin rumbo en el cuidado de la salud las personas del sector rural, debido a que se perderán muchos cultivos.
Aceptó que “la contingencia provoca miedo en la gente y se tendrá un ciclo agrícola con pocas tierras cultivadas debido a que faltan apoyos, cancelación de campañas sociales y ambientales. Nunca había sido tan importante que las empresas y organizaciones sociales mantengan vigentes sus proyectos de responsabilidad social”.
Alerta OMS falta atención a zonas rurales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que la pandemia de la COVID-19 siempre inicia su desarrollo de contagio en las ciudades, pero alertó que paulatinamente se dirige hacia las poblaciones rurales, por lo pidió tener cuidado en las entidades agrícolas.
Cristian Morales, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señaló que por experiencias de otras epidemias, los contagios se acentúan primero en las urbes y posteriormente avanza hacia las zonas rurales.
“El número de casos cuando lleguemos a los picos de los brotes epidémicos que por cierto no se van a dar todos al mismo tiempo en todo el país se van a ir dando de manera diferenciada”, dijo.
Los puntos rojos que estamos vislumbrando, eventualmente serán los centros metropolitanos después irán llegando a las zonas rurales pero esto no se dará al mismo tiempo y eso dependerá de que podamos hacer para evitarlo”, añadió.