La actual pandemia y la crisis ambiental han puesto a flote la urgencia de tener un sistema alimentario que sea sostenible, social, cultural y económicamente adecuado.
A sabiendas de esto, la asociación mexicana sin fines de lucro, Alianza Alimentaria y Acción Climática A.C., cuyo objetivo es impulsar acciones enfocadas a mitigar el cambio climático y mejorar el bienestar mediante la implementación de dietas sostenibles y la organización internacional de protección animal Igualdad Animal México, a través de la senadora Nancy de la Sierra Arámburo, integrante del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, presentaron una iniciativa de ley ante la cámara de senadores para reformar la Constitución, de tal forma que se faculte a la Federación, Estados, Ciudad de México y sus Demarcaciones y los Municipios para poder legislar en materia de alimentación con una visión integral de sostenibilidad donde se considere el bienestar de las personas, el medio ambiente y los animales por igual.
Esta propuesta, abrirá la puerta para permitir al poder legislativo y ejecutivo tener responsabilidades, facultades y obligaciones en los tres órdenes de gobierno que garanticen a toda la población el acceso no solo a alimentos de alta calidad nutricional, sino también a un medio ambiente sano.
“Esta reforma es fundamental para que las iniciativas que buscan impulsar un sistema alimentario más sostenible, aporten una visión integral de todos los factores sociales, económicos y ambientales que juegan un papel fundamental en la alimentación de la ciudadanía, indicó Karina González Bret, especialista de Sostenibilidad de Alianza Alimentaria y Acción Climática A.C.
Una alimentación sostenible ayuda, entre otras cosas, a reducir el índice de pobreza, mejorar la salud de las y los mexicanos, reducir la emisión de gases de efecto invernadero, minimizar el uso y contaminación de agua potable y proteger la biodiversidad.
“La alimentación nutritiva y de calidad nos debe importar, no solo porque es nuestro derecho, sino porque tiene un impacto directo en la productividad de las personas, en su posibilidad de sufrir enfermedades, en su bienestar psicológico y, en consecuencia, afecta sus oportunidades para aumentar sus ingresos y mejorar su calidad de vida, dijo la senadora Nancy de la Sierra Arámburo.
La alta demanda de productos de origen animal no permite una producción sostenible, pues bajo métodos que regeneran la tierra y promueven la biodiversidad, no será posible cubrir su creciente demanda, por lo que es necesario un cambio en el paradigma de los hábitos alimentarios, para reducir el consumo de estos alimentos y adoptar una alimentación mayormente conformada por legumbres, semillas y vegetales que nos conduzca a la sostenibilidad. Un camino que ya están tomando naciones de todo el mundo y del que México no puede quedarse atrás.